Carlos Gonella, fiscal de la Procelac |
La Procelac denunció penalmente a los
accionistas del Grupo ST por su presunta participación en el delito de lavado
de dinero. Entre los denunciados se encuentra el vicepresidente de Edenor,
Marcos Marcelo Mindlin, y el magnate británico Joseph “Joe” Lewis.
A comienzos del 2012, durante un acto en casa
Rosada, Cristina Fernández sentenció que “la sintonía fina es que se acabó la
avivada”. La metáfora era un claro mensaje para quienes operaban en contra de
los intereses del Estado.
Con el nombramiento de Alejandra Gils Carbó
como Procuradora General de la Nación llegó la creación de la Procuraduría de
Criminalidad Económica y el Lavado de Activos (Procelac). Pero los representantes
del establishment rápidamente salieron a bloquear su capacidad de maniobra. A
través de una operación mediática y política en el marco de la “causa Lázaro
Báez”, intentaron frenar la designación del actual titular de la Procelac, el
fiscal Carlos Gonella. Es que la unidad creada por Gils Carbó comienza a echar
luz sobre el accionar de poderosos sectores económicos.
A partir de información compartida con la UIF y
el BCRA, la Procelac denunció que la supuesta maniobra de lavado comenzó con la
inyección de más de 100 millones de pesos por los grupos financieros Dolphin y
Abus Las Americas, a través de aportes de capital utilizados para comprar el
paquete mayoritario del Grupo ST y del banco del grupo, Banco de Servicios y
Transacciones SA (BST), sin contar con la documentación respaldatoria sobre el
origen de esos fondos.
La denuncia estuvo precedida por una
investigación de varios meses, en la cual la Procelac intervino a partir de un expediente
remitido por la Unidad de Información Financiera (UIF) en base a los Reportes
de Operaciones Sospechosas comunicados por el Banco Central entre 2009 y 2010.
La Procuraduría denunció al Grupo ST porque
sospecha que los más de cien millones de pesos que inyectaron al mercado serían
de origen ilícito y que habrían empleado sociedades off shore constituidas en
paraísos fiscales y sustituido activos de diferente denominación.
La denuncia se refiere a una operación
realizada en el 2007, a través de la cual Dolphin Créditos SA, una sociedad
controlada por Marcos Marcelo Mindlin -actual vicepresidente de Edenor-, y Abus
Las Americas I SA, controlada por Moisés Smolarz, adquirieron parte del paquete
accionario del Grupo ST.
Como consecuencia de las operaciones, Mindlin
se quedó con el 45% de las acciones, y Smolarz
con el 15%, mientras que el resto quedó repartido entre los anteriores controladores
de ST: Pablo B. Peralta, Roberto Domínguez, Eduardo Oliver y Roberto Ruiz.
“Apenas 2 años después de que se perfeccionase
la operación de compra del paquete accionario del Banco ST, y luego de haber
logrado introducir en el mercado financiero más de 100 millones de pesos de
origen desconocido, Dolphin Créditos S.A. se retiró del negocio vendiendo su
participación accionaria a sus anteriores dueños. Esta operación aún no ha sido
autorizada por el BCRA”, afirmó la Procelac a través del sitio Fiscales.gob.ar.
Y agregó que “ante estos episodios, Procelac
manifestó en la denuncia la sospecha de que la finalidad real de estos aportes
habría sido legitimar el origen ilícito de fondos financieros mediante la
utilización de sociedades off shore constituidas en paraísos fiscales y la
sustitución por activos de diferente denominación”.
Por sorteo, la causa recayó en el Juzgado
Federal N° 4, a cargo de Ariel Lijo, bajo el expediente judicial CFP 9070/2013.
A través de ella se denuncia a tres miembros del directorio de Edenor: Marcos Marcelo
Mindlin (vicepresidente), Gustavo Mariani (Director titular) y Damian Mindlin
(Director suplente).
Los tres son funcionarios ejecutivos de Pampa
Energía, el holding a través del cual el Grupo Dolphin controla, a través de
una integración vertical, una enorme porción del sector eléctrico en la
Argentina: varias hidroeléctricas y centrales térmicas con las cuales generan 2.217
MW, las transmisoras Transener y Transba y las distribuidoras Edenor, Emdersa y
Eden.
Dolphin pasó a controlar a Edenor en setiembre
del 2005 luego de comprar el 65% del paquete accionario a Electricité de France
(EDF) por u$s 100 millones y asumir un pasivo de u$s 524 millones, logrando
frenar una demanda de los franceses por u$s 960 millones ante el Ciadi, en reclamo
por la pesificación y el congelamiento de las tarifas desde enero de 2002.
Otro también denunciado por la Procelac es el
magnate Joseph Lewis. El multimillonario británico es socio de Mindlin en Pampa
Energía y en Transener –a través de Tavistock, su grupo inversor- aunque
también comparten negocios inmobiliarios en la Patagonia.
En 2011, la fiscal de Viedma, Daniela Zágali,
imputó penalmente a varios funcionarios provinciales por operaciones inmobiliarias
con tierras fiscales que, según la denuncia, beneficiaron a Lewis y a Mindlin.
El británico, que tiene residencia en las Bahamas, es dueño de la estancia Lago
Escondido, con más de 11.000 hectáreas, mientras que Mindlin es dueño de 19.000
hectáreas comprados a través de un operador inmobiliario que trabaja para el
magnate, Nicolás Van Ditmar.
En una nota publicada por revista Veintitrés, “Loscaminos del señor Lewis”, la periodista e investigadora rionegrina Susana Lara
sostuvo que “Tavistock Group de Charles Lewis y Belgian Urban Renovation
Company (Burco) del belga Jean de Cloet, con sus embajadores argentinos
encabezados por Marcelo Mindlin (de Pampa Energía Holding y grupo Dolphin) y
Van Ditmar (Inmobiliaria), entre otros, representan flujos de capitales clave
en la apropiación estratégica del territorio reiniciada en la década del '90 en
la provincia de Río Negro. Hoy conforman un bloque de hecho que jaquea
especialmente a la zona de la cordillera andina”.
La propiedad de Lewis bloqueó el acceso vehicular
al Lago Escondido a través del camino
público de Tacuifí, el único por el que el público podría llegar a las costas
del lago. Pero cuando el juez Víctor Sodero Nievas, presidente del Tribunal
Superior de Justicia de Río Negro, falló a favor de los reclamos de la
comunidad andina por el libre acceso a los lagos, Van Ditmar “organizó una
movilización en micros a la plaza central de Viedma. Se asentaron para exigir
que se defienda la propiedad privada. Amenazaba con que si se seguía adelante
con el camino de Tacuifí, Lewis iba a dejar en la calle a más de 100
trabajadores. Vinieron en micros y 4x4, trajeron baños químicos, carpas
especiales, contrataron fuerzas de choque y criollos montados a caballo. Fue un
piquete vip. Le hicieron un escrache al juez Nievas en la casa donde vive su
familia. Antes de irse, le pidieron al ex gobernador Miguel Saiz que detuviera
al juez”, señala la nota de Veintitrés, y agrega que en la plaza Van Ditmar
dijo: “Vamos a defender la propiedad privada con el Winchester en la cintura.
La Justicia por mano propia muchas veces es el camino”.
El testaferro de Lewis no tuvo suerte al
realizar un intenso lobby con el fallecido Gobernador de Río Negro, Carlos
Soria, para que lo autorizara a construir un aeropuerto propio dentro de Hidden
Lake, la propiedad del magnate.
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