martes, 30 de julio de 2013

América Latina y el Caribe siguen creando empleo a pesar de la crisis internacional

A pesar de la crisis internacional y la destrucción de empleos que se produce en las principales economías desarrolladas, nuestra región sigue siendo la impulsora del crecimiento mundial y el empleo en América Latina continuó mejorando en 2012.
 
Esto se desprende del Informe sobre el Trabajo en el Mundo 2013, realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que señala que “en América Latina y el Caribe la tasa de empleo se situó un punto porcentual por encima de los niveles de antes de la crisis, y llegó a 57,1% durante el cuarto trimestre de 2012”. Sin embargo, aclara, la situación a nivel de cada país es más bien heterogénea.

El Informe, elaborado por su Instituto Internacional de Estudios Laborales, muestra que en América Latina el grupo de ingresos medios se ha incrementado durante la última década gracias al crecimiento económico, la creación de empleos de calidad y la disminución de las desigualdades. En la mayoría de los países de la región el aumento en el número de personas de ingresos medios superó al de aquellas que viven apenas por encima del umbral de la pobreza.

El crecimiento del grupo de ingresos medios entre 1999 y 2010 fue especialmente considerable en Brasil (15,8 puntos porcentuales) y Ecuador (14,6 puntos porcentuales). En el Informe, la clase media en estos dos países es definida como aquella con ingresos de entre 10 y 50 dólares al día. Todos los datos provienen de la bases de datos Povcal del Banco Mundial y están expresados en paridades del poder adquisitivo en 2005.

El Informe también muestra que la región registró una disminución del riesgo de descontento social entre 2007 y 2012. De hecho, fue una de las tres regiones (de las 8 con información disponible) donde el riesgo de descontento social disminuyó (más de 3%) durante este período.

El Informe de la OIT destaca los siguientes desafíos:

· Empleo Informal: La incidencia del empleo informal sigue siendo alta, en 2011, cerca de 50% del empleo no agrícola era informal. La situación es especialmente problemática en países como Bolivia, Honduras y Perú donde el empleo informal constituye alrededor de 70% del empleo no agrícola.
· Desigualdades de ingresos: Además, si bien la desigualdad de los ingresos tiende a la baja, aún es elevada para los niveles internacionales. En la mayoría de los países de la región, el coeficiente de Gini es superior a 45 y aumenta hasta más de 55 en algunos países como Colombia y Honduras.
· Salarios: En la región se observan progresos en relación a los salarios reales, aunque con grandes diferencias entre un país y otro. En 2012, los salarios reales medios aumentaron más de 4% en Brasil y Paraguay, mientras que el aumento fue de alrededor de 1% en Colombia y México. Si bien durante la última década la mayoría de los países de América Latina ha adoptado una política a favor del incremento del salario mínimo, los resultados entre los países son más bien heterogéneos. Hubo un aumento substancial de los salarios mínimos reales en países como Brasil y Uruguay, pero el incremento en el salario mínimo tuvo in impacto neutro sobre el poder adquisitivo en otros, como El Salvador, México y Panamá, donde apenas superó la creciente inflación.

La organización recomienda seguir promoviendo un enfoque del crecimiento más equilibrado, ya que dadas las débiles perspectivas de crecimiento en la Eurozona, los países de América Latina puede plantearse una mayor dependencia del comercio regional y nacional como fuentes de crecimiento económico, incluyendo el estímulo de la demanda interna, complementada con un mejor cumplimiento de las normas fundamentales del trabajo, y medidas para evitar los flujos de capital desestabilizadores.

Además, sugiere que hay que reducir la diferencia entre el crecimiento salarial y el aumento de la productividad, ya que mejorar los ingresos de los trabajadores puede contribuir a estimular las fuentes de demanda y de crecimiento interno.

El Informe también señala la importancia del apoyo del gobierno a la inversión pública y privada, y que las medidas para estimular las inversiones, como las exenciones fiscales, pueden ser dirigidas hacia los bienes de capital que hacen un uso intensivo del empleo o hacia las inversiones que generan un ahorro energético. Además, las inversiones públicas pueden atraer las inversiones privadas, en particular en las áreas donde existe la necesidad de invertir en infraestructura básica.

El apoyo al ingreso a través de las medidas de protección social puede contribuir a reducir la vulnerabilidad y la pobreza e impulsar el crecimiento equitativo, dice el informe. En este sentido, el salario mínimo puede servir como un piso social para los ajustes salariales y puede actuar como estímulo fiscal al incentivar los gastos de consumo, destacando que algunos países en la región han puesto en práctica programas de protección social combinados con medidas de activación como “Empléate” en Costa Rica y “Jóvenes con más y mejor trabajo” en Argentina.

Finalmente, la OIT muestra la necesidad de promover la creación de empleo formal y mejorar las condiciones de trabajo de los trabajadores informales. En esa materia, señala que “los países de América Latina podrían aprovechar algunas buenas prácticas de la región, como los esfuerzos de Argentina por reducir el empleo informal a través de una estrategia integral que incluye programas y medidas de carácter económico, social y laboral.”

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